Abuelo Vasco, yo tuve una abuelo vasco...
Abuelo esta es la carta que nunca te mandé, porque en nuestra época a los Abuelos se los visitaba y yo lo hice, no sabes con cuanto cariño iba llegando hasta donde estabas.
Yo sé de tí...lo sé todo , lo que no ví, mamá me lo contó...viniste de Guipuscua, dejaste a tu madre allá... tuviste que elegir "o te haces cura o te vas a América " te dijeron y vos como buen vasco llegaste a América, qué te ibas a hacer cura!!jaa! ya había en la flia.
Llegaste niño-joven a La Pampa, cambiaste rocas por arena...nunca te pregunté ¿qué pensabas al emprender el viaje? seguro fue tu juventud, tu inocencia, tus fuerzas, tus anhelos, tu entusiasmo... y te quedaste abuelo, y salvaste a un indio y mataste a un puma porque te comía las ovejas... y no viste nunca más a Maita porque no volviste...pero eras tan Grande Abuelo que aquí pudiste amar y te amamos...hasta los hijos de los hijos de los hijos de tus hijos te aman para siempre Abuelo Querido.
No leí tu libro, me lo contaste...
Trajiste tu bota y cómo la disfrutabas y hasta nos hacías probar ese hilito fresco y te reías, porque eras feliz abuelo...tenías ese humor tan esperado, cuando te encontraba, te acuerdas abuelo? debajo de la higuera haciendo un asadito... lo de los higos que enganchabas en la caña y caían al suelo dulces era toda otra historia y había que lavarlos!, ya estabas solo otra vez, no conocí a mis abuelas, tus dos esposas que la vida te dio y te quitó...pero vos estabas siempre feliz, nunca me contaste de tus tristezas, nostalgias y soledades...otras veces te veía venir con tu caña de pezcar, eras un especialista -decías y te reías-, en el arte de pezcar... ahora pienso que devolvías los peces al río porque nunca los ví entre tus cosas, pero cuando íbamos a encontrarte a tu muelle, porque seguro que ahí estabas...tu mediomundo era un solo salto de mojarritas y a esas sí las comíamos, eran tan ricas abuelo!!
Abuelo, eras tan alto y tan fuerte! como nadie, tus ojos claros , buenos, sabían tánto! y miraban tan lindo abuelo mío!...y tus rodillas huesudas siempre tenían lugar para alguno de nosotros... eras tambien especialista en el arte de cazar cuando nos visitabas -en realidad no se cómo llegabas al campo, sería en tren? y salías con papá a dar una vueltita con sus carabinas... a esas perdices creo que no las devolvían jaa!, - estoy llorando y me sonrío... los recuerdos, la nostalgia se confunden ahora, con el orgullo y la alegría de haberte tenido Abuelo Vasco Querido! Tu nieta y ahijada Mirta.
A mi abuelo Juan Francisco Elías Altolaguirre e Insausti, Francisco Altolaguirre entre nosotros.
Mirta Elida Elena Altolaguirre.
Mirta Elida Elena Altolaguirre.